Ácido caprílico es el nombre trivial del ácido octanoico; un ácido graso saturado de ocho carbonos. Está presente en aproximadamente 7% en el aceite de palma y del coco. También está presente en la grasa de la leche de mamíferos, es parcialmente soluble en agua y destaca por despedir un olor muy intenso típicamente a rancio. Uno de los lugares dentro del organismo en el que mayores beneficios parece aportar es el estómago.
Se comporta como un equilibrador de la acidez de un medio cuyo pH debe permanecer lo más constante posible porque de ello depende en parte el normal funcionamiento del sistema inmunológico. En consecuencia, la ingestión de ácido caprílico está reconocida como una práctica favorecedora de las condiciones adecuadas del entorno gástrico.